QUÉ CREEMOS

Como iglesia nos identificamos con la confesión de fe bautista de Londres de 1689. A continuación están algunas de nuestras creencias bíblicas fundamentales:

Creemos que la Biblia es la revelación escrita de Dios, completa y suficiente en todos los aspectos. Creemos que Las Escrituras son “exhaladas por Dios” y por lo tanto completamente autoritarias en sí mismas; no basan su autoridad en ninguna iglesia, consejo o credo, sino que son autoritarias simplemente porque son la Palabra de Dios. (2 Tim. 3:15-17)

Creemos que Dios es uno, eterno, constante e inmutable. Creemos que Dios es el creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. El Dios que se describe en la Biblia es único; Él no es semejante a cualquier persona o cosa en todo el universo. Dios tiene todo el poder, todo el conocimiento, toda la sabiduría, y a Él se le debe toda la gloria, honor y alabanza. Todo lo que pasa o va a pasar está en el decreto de Dios. Todas las cosas, al final, dan la gloria a Dios.

Creemos que la Biblia enseña que hay solamente un solo Dios, el cual subsiste en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cada persona es completa y totalmente Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han existido eternamente en la relación descrita por el término “Trinidad”.

Creemos que el hombre fue creado a imagen de Dios, recto y con la capacidad de obedecer a su Creador. Sin embargo, por su des obediencia voluntaria, el hombre cayó en pecado y, como consecuencia, murió espiritualmente, quedando totalmente depravado en su naturaleza, indispuesto e incapaz de buscar a Dios. Dios, en su soberana gracia, desde la eternidad pasada, eligió en Cristo a un pueblo para sí, con el propósito de redimirlo para la alabanza de su gloria. En el cumplimiento del tiempo, Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, asumió una naturaleza humana, vivió sin pecado y murió en la cruz como sustituto de sus elegidos, llevando en su cuerpo la culpa de sus pecados y satisfaciendo plenamente la justicia divina. Su sacrificio perfecto, completo y suficiente para el perdón de los pecados, y ninguna obra humana ni esfuerzo religioso puede añadir algo a la obra consumed a de Cristo en la cruz. 

Creemos que Dios, en su gracia y misericordia soberana, regenera a los pecadores por el poder del Espíritu Santo, no por alguna acción de ellos, trayéndolos a nueva vida. Dios les concede a ellos los regalos de la fe y del arrepentimiento, que entonces ejercitan creyendo en Cristo y volviéndose de sus pecados por amor a Dios. Como resultado de esta fe, basada sobre el sacrificio y justicia perfecta del Señor Jesucristo, Dios declara justa a la persona que cree. El regalo de Dios de la fe, y la obra santificadora del Espíritu Santo en las vidas de los elegidos, da lugar a las buenas obras que éstos hacen. Estas buenas obras surgen de la verdadera fe salvadora; son un resultado necesario de la fe, pero no deben ser consideradas necesarias para ganar la justificación, que es dada por la gracia de Dios por la fe solamente, de modo que ningún hombre pueda jactarse. (Efesios 2:8)

Creemos que Jesucristo estableció Su Iglesia, que se compone de todos los elegidos de Dios. Su iglesia, como novia obediente, escucha Su palabra según lo encontrado en la Biblia. Todos los que creen en Cristo son añadidos a Su cuerpo, la iglesia. Las expresiones locales de la iglesia son muy importantes, y cada creyente debe formar parte activa de una de ellas al hacerse miembro.

Creemos que Cristo vuelve a juzgar a los vivos y a los muertos. Hasta su regreso, los creyentes deben vivir sus vidas de tal manera que den gloria a Dios a través Jesucristo. La iglesia debe estar ocupada haciendo el trabajo de la predicación del evangelio (en palabras y en hechos) y del discipulado, proclamando el Evangelio puro de Cristo enseñado en la palabra de Dios.